miércoles, 26 de julio de 2017

El Veneno

La hija llega y le dice a su padre:

- ¡Papá, ya no aguanto más a la vecina! Quiero matarla, pero tengo miedo que me descubran. ¿Puedes ayudarme con eso?... El padre le responde:
- Claro que sí mi amor, pero hay una condición... Tendrás que hacer las paces con ella para que después nadie desconfíe que fuiste tú cuando ella muera. Tendrás que ser muy cuidadosa y comenzar a ser paciente con ella, ser gentil, agradecida, cariñosa, menos egoísta, retribuir siempre, escucharla más, incluso invitarla al café o al tè... ¿Ves este polvito? Todos los días pondrás un poco en su bebida. Así ella morirá de a poco.
Pasados 30 días, la hija vuelve a decir al padre:
- Ya no quiero que ella muera. La amo, ¿Y ahora? ¿Cómo hago para cortar el efecto del veneno? El padre entonces le responde:
- No te preocupes Lo que te di fue polvillo de arroz. Ella no morirá, porque el veneno estaba en ti.
Cuando alimentamos rencores, morimos de a poco.
Aprendamos a hacer las paces con quienes nos ofenden y nos lastiman.
Aprendamos a tratar a los demás como queremos ser tratados. Aprendamos a tener la iniciativa de amar, de dar, de donar, de servir, de regalar, y no solo querer ganar y ser servido.
Nuestra actitud puede hacer la diferencia en donde hay amarguras, emociones contaminadas y odios.

Dios nos bendiga y ayude en todo

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