"...Jesús sopló su aliento sobre los discípulos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo…" Juan 20:19-23.
Desde la primera página de la biblia, hasta la última, el Espíritu Santo lo invade y penetra todo. Es el maestro interior, el maestro del corazón.
¿Dónde estaríamos nosotros sin la presencia del Espíritu Santo?
¿Cómo creeríamos en Jesucristo sin la presencia del Espíritu Santo en nosotros?
Pentecostés es el fuego que quema lo viejo y nos hace nacer de nuevo. La vida y la gracia de Dios.
Pentecostés es la fuerza del Espíritu, que abre las puertas cerradas de las prisiones que nosotros mismos hemos hecho. Somos el carcelero de nuestros propios miedos que no queremos botar; de ídolos y supersticiones que nos atan, las ofensas que no queremos perdonar: La carne se convierte en nuestra prisión secreta en la que vivimos a gusto, convirtiéndonos en carcelero de nuestras propias debilidades.
Recibir a Jesús, es recibir al Espíritu Santo; es recibir el poder de perdonar, quemar nuestros pecados, poder hablar de las hazañas de Dios en nuestra vida, cantar sus enseñanzas; es dejarse conducir por él, ser su instrumento para dar a conocer a Dios.
Recibir el Espíritu Santo nos debe llevar a la unidad entre los creyentes, porque todos no tenemos los mismos dones y nos necesitamos los unos a los otros.
Que buena oportunidad para decir: " Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo Padre amoroso del pobre. Son tus dones espléndidos los que penetran las almas, fuente de tu mayor consuelo. Ven dulce huésped a nuestra alma, fuente de nuestro descanso, tregua en nuestro duro trabajo, gozo que enjuaga las lágrimas y reconforta del dolor. Entra en el fondo de nuestras almas, divina luz, y enriquecenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro. Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riegas la tierra en sequía y sanas los corazones enfermos. Calmas al espíritu indómito. Salvas al que busca salvarse y darle gozo eterno, amén".
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Transcripción escrita del hermoso audio compartido por whatsapp del Padre Manuel Penagos.
Osno Monto.
