La mayoría de las personas no se proponen sabotear su futuro, sin embargo, puede suceder de todos modos debido a su propia ignorancia, rebelión o flagrante desprecio por Dios y Su Palabra. El curso de toda la vida de uno puede descarrilarse por tontos errores de juicio, y las consecuencias futuras pueden ser desastrosas.
Como cristianos, tenemos la Palabra de Dios y Su Espíritu para protegernos y guiarnos, pero eso no nos hace inmunes a las malas decisiones, especialmente en tiempos de debilidad. Es más probable que tomemos decisiones imprudentes cuando estamos extremadamente hambrientos, enojados, solos y cansados. Deje que estas condiciones nos indiquen que es hora de hacer una pausa y evaluar nuestra toma de decisiones.
La impaciencia y los fuertes deseos también pueden desviarnos y cegarnos ante posibles consecuencias. Es por eso que debemos aprender a tomar decisiones usando una perspectiva a largo plazo en lugar de enfocarnos en lo que está inmediatamente frente a nosotros.
Al mirar hacia atrás en su vida, ¿ve decisiones tomadas en momentos de debilidad o impaciencia que han llevado a resultados negativos? Incluso cuando una necesidad parezca urgente, es mejor reducir la velocidad y considerar cuidadosamente sus pasos para que pueda estar satisfecho con el curso que tiene por delante.
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Traducido por OM: Revista In Touch June 2022
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