Hagamos nuestras las posesiones que son nuestras y que no las hemos hecho nuestras: La paz, la esperanza y el gozo en el amor de Dios que constituyen los derechos de nacimiento de los cristianos.
Si nos dejamos llevar por las emociones ante las presiones de la vida -es decir si racionalizamos las reacciones- no haremos nuestro dicho legado.
Piensen en lo que saben acerca de Dios por el evangelio y aplíquenlo.
Piensen sin dejarse arrastrar por los sentimientos; si los sentimientos los han sumido en la depresión salgan de ese estado con argumentos apropiados; desenmascaren la incredulidad que dicho estado ha provocado; aparten la vista de los problemas y miren al Dios del evangelio; dejen que el pensamiento evangélico corrija el pensamiento emocional. De este modo el Espíritu Santo que mora en nosotros, cuyo misterio consiste en asegurarnos que somos hijos y herederos de Dios, nos conducirá a la seguridad de que nada, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Por lo tanto ¡Todos estamos seguros! y saldremos victoriosos frente a las dificultades que nos presenta el mundo.(Basado en el libro Romanos de la Biblia)
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El Conocimiento del Dios Santo. J.I.Packer
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